La innovación es la acción de introducir
novedades en una actividad. Se trata de un proceso orientado al diseño y a la
manufactura de artefactos, servicios, herramientas o maquinas en que la
información y los conocimientos son los insumos fundamentales para impulsar el
cambio técnico. Incluye la adaptación de medios técnicos, la gestión e
integración de procesos, además de la administración y comercialización de los
productos.
Una innovación acumulativa aprovecha elementos
ya existentes y en cambio una innovación radical es la que cambia de manera
amplia a algunos o todos los elementos existentes para crear un nuevo producto.
Un cambio técnico representa las modificaciones
en calidad, rendimiento o eficiencia de las acciones, los materiales, los
medios, los procesos o los productos. El cambio suele ser consecuencia de unas
modificaciones de la delegación de funciones técnicas tanto en las acciones de
control como en la manufactura de los productos o servicios que satisfacer
necesidades de un grupo social.
La sustitución de la fuerza humana y
animal por la mecánica fue posible gracias a una serie
de innovaciones técnicas que se extendieron por Inglaterra a lo
largo del siglo XVIII.
Los principales campos en los que se produjeron las
innovaciones técnicas fueron el de la energía (máquina
de vapor de Watt), el textil (hilado y tejido del algodón), la metalurgia (altos hornos. etc.) y, finalmente,
los transportes (locomotora de Stephenson).
La técnica existe desde que apareció el ser humano, y se ha
usado, para satisfacer las necesidades de éste; desde la prehistoria y hasta
nuestros días, las personas en su incansable afán de vivir mejor, han fabricado
todo tipo de herramientas aparatos y dispositivos.